• Luz: tanto los girasoles como las Orquídeas Phalaenopsis necesitan de una gran luminosidad. Sin embargo, los girasoles precisan más exposición solar y toleran la luz directa del sol, mientras que las orquídeas prefieren la luz indirecta. Lo recomendable en este caso es ubicarlos en una zona de orientación este donde reciban luz directa por las mañanas e indirecta por las tardes.
• Temperatura: los girasoles aguantan bien las altas temperaturas, de hecho son una flor de estío y gustan de la exposición directa al sol. Por su parte, las orquídeas gustan de las mismas temperaturas que nosotros, durante el día entre 20º y 24ºC es una temperatura perfecta. Como mínimo, en épocas como el otoño, toleran 13-14ºC.
• Humedad: el girasol no requiere de una gran humedad, tolerando incluso condiciones de secano. Sin embargo, las Phalaenopsis precisan de bastante humedad ambiental. Por lo que en el caso de esta composición de girasoles lo ideal es observar un término medio de humedad que no sea perjudicial para ninguna de las plantas.
• Riego: los girasoles necesitan muy poco riego y las Phalaenopsis tampoco necesitan demasiado, en verano será suficiente regarlas, preferiblemente por la mañana, cada dos o tres días. En invierno es conveniente espaciarlo cada 8 o 10 días, pues necesitan un periodo de reposo en esta época del año. En cualquier caso, debes tener en cuenta que las orquídeas soportan mejor la sequía que un exceso de riego.

Nombre científico: Helianthus annuus y Orquídeas Phalaepnosis respectivamente.

Nombre común: girasol, jáquima, mirasol o flor de escudo y orquídea mariposa, orquídea alevilla u orquídeas boca respectivamente.

Origen: América, sobre todo centroamérica y norteamérica y sudeste asiático (Sur de china, islas Filipinas, Indonesia y nordeste de Australia) respectivamente.

Floración: Verano y Primavera respectivamente.

Ubicación: Mucha iluminación sin sol directo.

Riego: Por observación. No soportan raíces húmedas.

Humedad: Media 30-50%.

Dificultad cuidados: Media.

Del girasol se conocen cerca de 70 especies y su flor no siempre es amarilla. Su nombre científico procede del griego, de las palabras helios y anthos, que significan, respectivamente, sol y flor.

Las Phalaenopsis por su parte, deben su nombre al botánico C.L. Blume que cuando las descubrió en 1.752 las llamo Phalaenopsis por su gran parecido con las mariposas: Phalanena (mariposas) y Opsis (parecido).